“Aulularia” divierte a los alumnos de 2º de la ESO
Ayer,
24 de abril, los alumnos de 2º de ESO, en vez de tener las habituales clases
por la tarde, fuimos a ver la obra “Aulularia” al teatro romano de Sagunto,
junto a dos profesores del departamento de Castellano, Víctor Malvar y Mabi
Castro, y Salvador Sanchiz, tutor de 2º A.
Fuimos
en autobús, el viaje hasta Sagunto duró una media hora y nos dejó cerca de la plaza
Mayor. Desde allí tuvimos que subir hasta el teatro andando por unas calles muy
empinadas, en las que había letreros anunciando el Festival de Teatro Clásico
para Estudiantes. Bajo las altas paredes del teatro reconstruido esperamos un
rato hasta que nos tocó entrar. Antes de que comenzara la obra entregaron los
premios del festival a algunos institutos, y ya por fin empezó la función.
La obra es una comedia latina escrita por lauto en el siglo II a.C., en la que el
Lar Familiar (el dios de la casa) cuenta la historia de Euclión, un viejo
tacaño y muy pobre, que encuentra gracias al Lar, una olla repleta de oro. El
viejo al encontrar la olla, se vuelve muy miedoso y avaricioso. El vecino de al
lado, Megadoro, es otro anciano, aunque muy rico, que está enamorado de la hija
de Euclión, Fedria. Fedria está embarazada, pues fue violada en las fiestas de
Ceres por el sobrino de Megadoro, Licónides. Megadoro, le pide a Euclión la
mano de su hija, y él se la concede, decidiendo organizar la boda esa misma
noche. Euclión cree que la gente le
trata amablemente porque saben que tiene la olla de oro. Después comienzan a
ocurrir muchas cosas: Estróbilo, esclavo de Licónides intenta y al final
consigue robar la olla, Licónides se quiere casar con Fedria, que ese mismo día
da a luz a su hijo… Al final todo acaba bien: Megadoro renuncia a su matrimonio
para cedérselo a su sobrino, Estróbilo consigue su libertad como esclavo y
Euclión regala su olla de oro a los recién casados. Un final feliz en el que
todos quedan contentos.
La
representación me gustó bastante. Me gustó por sus personajes, su argumento y
sus diferentes partes humorísticas. El teatro romano no tiene cubierta, así
que, como hizo una tarde casi de ve.rano pasamos bastante calor.
Después
de ver la obra, bajamos a la plaza y nos dejaron pasear por el pueblo un rato,
para luego encontrarnos allí a las seis y media para volver al instituto
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