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Abril 2011 EDIPO REY En primer lugar estudiamos “Edipo rey” en clase, leímos el libro y lo valoramos. Cuando llegó el día, quedamos todos para salir juntos; el camino fue largo, pero estuvo bien porque íbamos en el tren todos en grupo. Cuando llegamos a Sagunto había muchos alumnos de otros institutos y los profesores nos explicaron cosas sobre la obra; subimos al castillo que quedaba en la parte más alta del pueblo, allí tuvimos que esperar un tiempo corto hasta que entramos. El teatro es muy grande y bonito, pues es un monumento histórico de la época romana. Los profesores nos acompañaron a nuestros sitios, pero algunos nos separamos y nos fuimos unas gradas más lejos, donde no daba tanto el sol. La representación me pareció muy buena, pues los actores lo hacían muy bien, aunque les faltó moverse un poco más, y que el decorado fuese más rico y variado, al igual que los trajes, muy poco llamativos, La música estaba bien, pues supieron darle un tono dramático a la obra al poner flamenco triste. Cuando la representación terminó los profesores ya nos habían dado permiso para ir a nuestro aire, pero a una debida hora debíamos estar en el tren. El pueblo es muy bonito, con calles pequeñas y antiguas, muy agradables. La excursión salió bastante bien, estoy segura de que a muchos nos agradó, pues aparte de ser algo en grupo, lo que vimos fue muy bueno. Brenda Yurani Romero, 4º A Según mi punto de vista la obra de teatro estuvo muy bien: hubo dos actores que para mi gusto resaltaron mucho y fueron los más temperamentales: Edipo y la corifea que dirigía el coro. Por otro lado creo que para tan grandiosa obra y tan hermoso escenario con semejantes paisajes, la vestimenta de los actores era demasiado pobre, pues no se distinguía a la reina de los plebeyos. Yo esperaba una vestimenta más rica y colorista, más impresionante, y no tan simple. Un aspecto de la representación que nos impactó a todos fue esos cantes flamencos en directo, que subrayaban con un toque original y diferente los momentos más trágicos de la obra. Lady Rincón Restrepo, 4º A |
A las ocho y cincuenta teníamos que estar en el punto de encuentro (estación del Cabañal) para coger el tren con dirección Sagunto lo cual me pareció bien porque así te evitabas tener que ir primero al instituto. Al llegar a Sagunto emprendimos camino hacia el anfiteatro romano, cuya localización se encuentra en lo alto del pueblo al amparo majestuoso castillo/fortaleza, que por cierto no me lo esperaba tan grande. Entramos en aquella reliquia del pasado y unas atentas voluntarias nos indicaron por donde teníamos que ir para ocupar nuestras plazas. Una vez acomodados solo tuvimos que esperar un rato hasta que comenzó la representación. Durante la representación lucio un esplendido sol, que en determinados momentos se hizo un poco molesto. Al acabar la obra nos dejaron ir a nuestras anchas siempre y cuando a la hora determinada estuviéramos en la estación para volver a Valencia.
Javier Martinez, 4º A
